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lunes, 17 de octubre de 2011

El que juega con fuego se quema.

Pero parece ser que aún así no se aprende. Que todo empieza siempre como un puñetero juego, sin importancia, para tener algo con lo que bacilar, sí, pero es “nuestro juego”, y es él, y soy yo. Y al final pasa que los tiros hacen un giro de 360 grados, cambian su trayectoria, y acaban en un punto al que no debían de haber llegado. Y pensar que yo tenía miedo de que él se enamorara de mí y en realidad la única gilipollas que hay en esta historia soy yo.

2 comentarios:

  1. No sabes como te entiendo...
    Tu blog es una pasada, me encanta!! =)
    Sigue así :)
    besitoos!
    http://www.sicatorcevidasondosgatos.blogspot.com/

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  2. :)graciaaaaaas! JO AHORA MISMO TE VISITO(;
    un besitoo.

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