¿Seras capaz de resistirte a sus sonrisas?

Sabe que no es perfecta, y mucho menos lo quiere ser, aunque te preguntara si esta guapa cientos de veces, solo buscara que seas tu quien se lo diga.Que te llevara con ella al final del mundo, quieras o no. Acostumbrada a caer, pero mucho mas a levantarse. 
Se dejara querer, pero, si no la quieres no la enamores.
Echará de menos, cuando hay que echar de mas. Ella intentara hacerte morir de amor todas las noches, y te enseñará las estrellas, aunque el cielo este nublado. Sabrá vivir sin alguien que la cuide cuando las cosas vayan mal, pero si quieres, te dejara.
No la mientas o te meterás en problemas.
¿Vivir cerca del mar, y viajar a los lugares mas remotos de la tierra?, lo intentara. Algo bipolar dicen, odiara que estés pegada a ella las 24 horas del día,  pero puedes probar suerte con ella. Te despertara con la mayor de sus sonrisas, y hará lo imposible por que se mantenga sin un mínimo desliz. No la verás llorar nunca, o eso intenta, pero si lo hace, solo abrázala.
Desconfiará, y tendrá esos ataques de cabezonería que tiene.
Perderá la cabeza, y se morirá por un mínimo roce de mejillas.
Pero hazme caso cuando te digo que tengas cuidado, que no vayas a enamorarte de esa sonrisa y esas maneras, y que si lo haces, no la cagues.

 Que cuando ella pasa por debajo del cielo, solo el tonto mira al cielo. 

Golpes sordos, ante un espejo sin reflejos.

Llega el día en que lo que hicimos esta de mas, y no sabemos lo que puede pasar a partir de ahora. Tuviste lo que querías, y lo que no también. 
Y vuelves al momento exacto. 
A aquel día en el que nuestras miradas se comieron un par de veces pero nuestros labios, ni se sabe. Donde sentir el roce de tu cuerpo era algo infinito.  
Y tus ojos, eran la prueba de lo nuestro. Si eso que alguna vez fue nuestro. 
Pero todo, como siempre, tiene su fin. Y sigue su curso. Y cuando ya piensas que todo a acabado, aparecen. Ahí están, verdes y enormes, como siempre.
Pero ya no te miran como antes, simplemente no lo hacen. No se arriesgan. 
Ahora es a otra boca a la que muerde, y otro cuerpo al que roza. Ya no es su susurro en tu oído ni su aliento en tu clavícula. 
Y si el no es, no eres nada. Ya no eres nada.

Va siendo hora de olvidar de verdad. GRANDE PARRAL.