Más alta de lo que aparenta, con el pelo castaño largo, y
con unos ojos que abren un mundo nuevo. Amante del cotilleo y dueña de la
imaginación. Un sentimiento que perdura a lo largo de los años y de las
diferencias. PACIENTE. Una sonrisa estúpida, un corazón alocado, una chispa eléctrica.
Gran soñadora. Una cabeza loca. Fuerte. Guapa, muy guapa. Causante de miles de
sonrisas. AMIGA DE VERDAD.
Nos hacíamos promesas, reíamos y reímos. Más que nadie. Vivíamos
del aire, y de la fantasía. Nos encabezonábamos con nuestras cosas, y no veíamos
más. Nos cogíamos de la mano, y hablábamos hasta debajo del agua. Aprendices
del perfeccionismo, éramos las más imperfectas. Maestras a nuestra manera.
Porque si la vida te da limones, hazte una limonada. Telefoneadotas profesionales.
Palabras remplazadas por miradas. Canciones hartadas de ser cantadas, y
apenadas por la voz cutre y fea que cantaba. Éramos a prueba de balas. Y hablábamos
en voz alta sin decir nada.
Porque ella es la única que consigue que pierda los modales
y los recupere con la misma facilidad en que aparecen las estrellas en el azul
oscuro de la noche.
Y esta, NUESTRA historia, empezó con un PARA SIEMPRE.